TOLERANCIA
Respeto hacia las ideas, creencias o prácticas cuando son diferentes o contrarias a las propias y a las reglas morales.
Nos vamos a encontrar con personas que a menudo van a tener unos estilos de vida y unos ideales y valores distintos a los nuestros. Como profesionales tenemos que ser capaces a respetar estas diferencias y que no nos condicionen durante nuestra intervención. La tolerancia y el respeto debe igualmente de existir ante prácticas que se han producido por llevar al límite a la persona adicta, como puede ser la comisión de delitos y agresiones. Tenemos delante de nosotros ante todo a una persona y no debemos juzgarla por lo que ha hecho o haya podido hacer.
- AUTOCONTROL
Habilidad de dominar las propias emociones, comportamientos y deseos.
Se van a producir momentos en los cuales nos podemos ver afectados por las propias emociones, pero tenemos que ser capaces de dejar estas a un lado y que no influyan en la relación terapéutica. No teneos que dejarnos llevar por nuestro enfado, nuestra ira, aún cuando estemos siendo abiertamente provocados. Reconocer nuestras propias emociones es el primer paso para manejarlas y ser capaz de distanciarnos de ellas mediante distintas técnicas de control.
- ASERTIVIDAD
Forma de expresión consciente, congruente, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia.
Es una cualidad muy importante de cualquier psicólogo. Nos permite poder comunicarnos de una manera efectiva, clara y directa con nuestros pacientes. Adoptando este estilo comunicamos sin agredir pero con convicción. Tratando con drogodependientes es muy importante comunicarse asertivamente y mantener una conducta asertiva. De otra manera nuestro paciente puede fácilmente interpretar a su conveniencia nuestras explicaciones o intentar continuamente establecer su voluntad o propiciar resistencias. Para comunicar de manera asertiva tenemos que tener claros nuestros objetivos, y tener un alto grado de control emocional y afrontamiento de la hostilidad. Es efectivo saber hacer peticiones, rechazar peticiones, formular y recibir críticas y afrontar de manera directa los problemas.
- EMPATÍA
Capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro individuo puede sentir. Sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.
Ser capaz de ponernos en el lugar de nuestro paciente nos ayuda a entender lo que le puede estar pasando, cómo lo puede estar sintiendo. Mostrando empatía por un lado nos mostramos más cercanos, más cálidos, lo que ayuda a establecer una mejor relación terapéutica y un clima de confianza. Por otro lado nos ayuda a poder dirigir nuestras intervenciones de una manera más efectiva. Los drogodependientes suelen tener personas que les muestran poca empatía a su alrededor. A sus familiares les cuesta ponerse en su lugar puesto que hay una carga afectiva mayor. Es un elemento muy importante en la escucha activa que nos permite mostrar al paciente que realmente nos preocupamos por él y sus problemas.
- ENTUSIASMO
La exaltación del ánimo que se produce por algo que cautiva o que es admirado. Aquello que mueve a realizar una acción, favorecer una causa o desarrolar un proyecto
El entusiasmo es el motor del comportamiento, una actitud positiva que hace que nos esforcemos para cumplir un objetivo.
En nuestro trabajo es fundamental abordar cada caso con entusiasmo y sobre todo ser capaz de mantener ese entusiasmo pese a las dificultades que nos vamos encontrando. Es una cualidad con un componente genético pero que también puede ser aprendida, como cualquier actitud. Además de ayudarnos a no desfallecer, es importante saber que el entusiasmo se trasmite a otras personas. Mostrando una actitud entusiasta ante nuestros pacientes puede ser altamente motivador para ellos y sus familiares. Nuestro entusiasmo debe ser real y sincero, ajustado a los acontecimientos y a los distintos contextos en los que nos movemos. El entusiasmo está unido a un sano sentido del humor y es elemento constitutivo de la resiliencia y tolerancia a la frustración.
- CAPACIDAD DE TRABAJO EN EQUIPO
Capacidad de participar activamente en la ejecución de una meta colectiva común, subordinando los intereses personales a los objetivos del equipo, complementando las competencias y la información con el resto del equipo, sumando voluntades en un marco de responsabilidad y compromiso compartido.
Desempeñamos el trabajo con drogodependientes en equipos multidisciplinares (médicos, psicólogos, educadores sociales, enfermeros, terapeutas, etc.) que muchas veces se encuentran dispersos geográficamente (recursos en las UCAs, Comunidades Terapéuticas, servicios sociales, penitenciarías, etc.) Resulta pues fundamental saber trabajar en equipo, saber coordinarse, delegar responsabilidades, aceptar retos,… Trabajar en equipo no significa únicamente comunicar al resto de profesionales mis actuaciones, sino que hay que trabajar conjuntamente en el establecimiento de objetivos y líneas de intervención, sin olvidar a otros agentes, como pueden ser familiares, amigos incluso recursos de apoyo comunitarios.
- INTEGRIDAD
Capacidad para hacer lo correcto, todo aquello que consideramos bien para nosotros y que no afecte los intereses de las demás personas.
Todo profesional debe ser honrado, honesto, responsable, disciplinado, congruente y respetuoso con los demás. Todas estas cualidades forman parte del constructo que llamamos integridad. De manera más coloquial podemos decir que una persona íntegra es una persona en la que se puede confiar, que hará lo correcto, por las razones correctas en el modo correcto. El profesional de las drogodependencias tiene que velar por el interés de su paciente y por ello debe someterse a los dictados de su código deontológico. Debe mantenerse firme ante cuestiones como el vulneramiento de información confidencial y debe de intervenir con técnicas y procedimientos verificados como eficaces, los cuales debe conocer y tener experiencia en su aplicación. No es adecuado tampoco el establecimiento de relaciones extraterapéuticas y se debe derivar al paciente siempre y cuando se sea consciente de razones que pueden llevarnos a ser imparciales.
- MANEJO DEL ESTRÉS
Habilidad de mantener el control cuando las situaciones, la gente, y los eventos exigen demasiado.
Durante el desempeño de nuestra actividad con drogodependientes nos encontramos en innumerables ocasiones situaciones estresantes, que nos pueden afectar física y mentalmente. Por ello es importante con contar con herramientas que nos permitan manejar el estrés y nos permitan distanciarnos de las situaciones que lo producen para resultar lo menos afectados posible. Asimismo tenemos que ser conscientes de las manifestaciones del estrés como son el cansancio, la pérdida o el incremento del apetito, los dolores de cabeza, el llanto, la falta de sueño y quedarse dormido, sentimientos de inquietud, frustración o apatía, que son indicativos cuando la salud mental del psicólogo puede estar resintiéndose. Es habitual el conocido síndrome del burnout entre los profesionales que trabajan con pacientes drogodependientes. Como medidas preventivas está el establecer un adecuado equilibrio entre preocupación por el paciente y distanciamiento del mismo, tener muy claras las funciones y objetivos para no vernos sobrepasados por los acontecimientos, no coger más responsabilidades que las necesarias, apoyarse en compañeros de trabajo, saber establecer límites, etc.
- RESISTENCIA A LA FRUSTRACIÓN
La frustración es una vivencia emocional que se presenta cuando un deseo, un proyecto, una ilusión o una necesidad no se llega a satisfacer o a cumplir.
Hay personas que poseen la capacidad de enfrentarse de forma positiva a las distintas situaciones que se les presentarán en la vida. Cuando algún deseo o ilusión no se cumplen, suelen aparecer emociones como el enfado, la tristeza, la angustia, la ansiedad, etc. Para algunas personas estos sentimientos son limitantes y para otras son sentimientos transitorios que no impiden afrontar los problemas a pesar de las molestias e incomodidades que nos pueden causar. Esta resistencia a la frustración, resiliencia, es una cualidad que puede entrenarse en mayor o menor medida y que es importante para los profesionales que trabajan con drogodependientes. Este colectivo suele sufrir retrocesos en los avances terapéuticos, se suelen producir recaídas y son en su mayoría procesos largos en el tiempo, que presentan complicaciones adicionales al proceso adictivo que hacen vulnerable al terapeuta a sufrir frustración. Hay que ser consciente de este riesgo.
- CAPACIDAD DE PERSUASIÓN
Capacidad para influir en los demás y convencerlos de algo.
La capacidad de persuasión es distinta de la manipulación. La capacidad de persuasión en el terapeuta del drogodependiente le va a permitir establecer situaciones motivantes y propiciadoras de cambio. La capacidad de persuasión requiere la puesta en marcha de distintas habilidades sociales: empatía, entusiasmo, capacidad de escucha.
Para ayudarnos en nuestra capacidad de persuasión debemos ganarnos la confianza de nuestros pacientes, ser para ellos una persona fiable que da argumentos sólidos y firmes y se muestra segura de lo que dice. Es necesario plantear nuestros argumentos desde el punto de vista del beneficio de nuestro paciente, de manera que coincidan con sus intereses.